Recuerdo todo esto, pensando en Montevideo, esa ciudá que vibraba poco antes del carnaval. Aunque a diferencia de como [dicen las crónicas que] se vive el carnaval en otros lugares, con la gente vuelta loca por las calles, los uruguayos se lo toman con más mesura. Bueno los uruguayos todo se lo toman con mesura, pero el carnaval parece más un intento gubernamental por rescatar lo irrescatable i conseguir más turistas. Imagen país que le decimos acá. Uruguay natural, por allá.
Pero dentro de la parafernalia, los colores falsos, la sobre actuación i el maquillaje, se encuentra la verdá del uruguay.
Digo esto, pensando principalmente en esos viejos maravillosos que componían los grupos de la murga. Cincuentañeros, sesentañeros, con una fuerza, una energía i una voz que solamente se encuentran a este lado del río de la plata. Esos viejos que te dan ganas de sentarte a mirarlos, a mirarlos hablar. A mirarles las manos, las expresiones. Esos viejos a los que les crees todo, los que transportan a otros lugares.
Viejos lindos en términos pamelescos.
I ahí van pasando, cantando una i otra vez canciones que hablan de la pena desde la alegría. Hablan del uruguay que ya no existe, con sus vestones morados, sus gorros multicolor i sus maquillajes, sus sonrisas pintadas que mal disimulan las penas de adentro. Van bailando por la 18 de julio, saludando a la gente que grita desde fuera, aplaudiendo, saltando, intentando darle vida, respiración boca a boca a ese aspirante a cadáver que se llama uruguay.
Este país se fue a la mierda, me dice una oriental veinteañera que se va a pirar a penas junte un par de euros. Por eso hacemos esto, para hacernos creer que todavía queda algo.
Pero yo me temo que no (por que cresta el no de negación (que es el único “no” que existe), no tiene tilde como el “sí” afirmativo). Vamos denuevo:
Pero yo me temo que nó, esto [el carnaval] no tiene que ver con ese algo [¿uruguay?]. Esto es un intento de ellos [los feos, que se yo, el gobierno] por atraer a esos [los turistas con plata]. Pero no se lo digo porque no quiero desanimarla.
La verdá es que es muy probable que el carnaval sea un bonito espacio creado por todos los uruguayos, para demostrar la cultura que se vive en el uruguay verdadero. Es posible que uruguay sí tenga un sentido, que no sea un país en vías de extinción. Todo eso es probable, pero esa noche, sentado en la 18 de julio i esta noche sentado en el asiento del bus, me parece que uruguay esta dando sus últimos arañazos de cataléptico.
Cagamos.
Pero dentro de la parafernalia, los colores falsos, la sobre actuación i el maquillaje, se encuentra la verdá del uruguay.
Digo esto, pensando principalmente en esos viejos maravillosos que componían los grupos de la murga. Cincuentañeros, sesentañeros, con una fuerza, una energía i una voz que solamente se encuentran a este lado del río de la plata. Esos viejos que te dan ganas de sentarte a mirarlos, a mirarlos hablar. A mirarles las manos, las expresiones. Esos viejos a los que les crees todo, los que transportan a otros lugares.
Viejos lindos en términos pamelescos.
I ahí van pasando, cantando una i otra vez canciones que hablan de la pena desde la alegría. Hablan del uruguay que ya no existe, con sus vestones morados, sus gorros multicolor i sus maquillajes, sus sonrisas pintadas que mal disimulan las penas de adentro. Van bailando por la 18 de julio, saludando a la gente que grita desde fuera, aplaudiendo, saltando, intentando darle vida, respiración boca a boca a ese aspirante a cadáver que se llama uruguay.
Este país se fue a la mierda, me dice una oriental veinteañera que se va a pirar a penas junte un par de euros. Por eso hacemos esto, para hacernos creer que todavía queda algo.
Pero yo me temo que no (por que cresta el no de negación (que es el único “no” que existe), no tiene tilde como el “sí” afirmativo). Vamos denuevo:
Pero yo me temo que nó, esto [el carnaval] no tiene que ver con ese algo [¿uruguay?]. Esto es un intento de ellos [los feos, que se yo, el gobierno] por atraer a esos [los turistas con plata]. Pero no se lo digo porque no quiero desanimarla.
La verdá es que es muy probable que el carnaval sea un bonito espacio creado por todos los uruguayos, para demostrar la cultura que se vive en el uruguay verdadero. Es posible que uruguay sí tenga un sentido, que no sea un país en vías de extinción. Todo eso es probable, pero esa noche, sentado en la 18 de julio i esta noche sentado en el asiento del bus, me parece que uruguay esta dando sus últimos arañazos de cataléptico.
Cagamos.
1 comentario:
viejos lindos, como los de hoy en valdivia que ponían una cinta blanca a su micro y flores, porque querían estar presentes, de alguna manera, de alguna manera, y hacer sentir que estaban sintiendo el dolor por unas niñitas que podía, sus hijas o nietas.
Y esos viejos lindos no piensan si es politicamente correcto, o cuanto influyen los medios en sus decisiones, o que se yo que paja mas. Esos viejos (viejas) lindos, sienten, y son.. por eso es que son lindos.
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