domingo, 13 de abril de 2008

Historias mínimas.

una larga noche de cerveza con (¡intelectuales!) de izquierda chavistas. me arranco de ellos con miedo, no tienen idea.

me arranco asustado pero ya es muy tarde. lunes despues de las doce. no pasan micros, pero la espera no es larga.

-¿necesita radiotaxi?
-no tengo plata, maestro, gracias
-¿hasta donde va?
-voy a pedro de valdivia con providencia. si me puede dejar por ahí...
-ven, súbete.
-gracias, es tarde i mire como estoy vestido.
-sí, parecís punga. ¿que hacíai a esta hora acá?...tabai donde la polola.
-no, maestro. soy estudiante, me quedé disutiendo de política, que es la mejor forma de ser estudiante.
-teníai pinta de estudiante. por eso te subí. ¿pero no estabai con una minita?
-habían una chiquillas, pero es que estabamos en otra.
-yo tengo veinte años i llevo diez trabajando en esto. puta que me gustaría tener veinte años, pa tenr cualquier minita.
-yo tengo veinte i todo el mundo dice eso. créame que no es tan facil.
-pero si salen caleta de minas.
-sí, pero no taaaantas.
-yo lo subí porque tiene pinta de estudiante i yo sé lo que es eso.
-pucha que se lo agradezco.
-es que a este país lo cagó el problema de los transportes.
-eso i tantas otras cosas, jefe.
-yo prefiero irme por lyon, que salta menos. muy conquistador habrá sido padro de valdivia, pero los daños del parachoque despues de los saltos, ¿quien me los paga?
-¿i quien habrá sido ricardo lyon?
-tal vez se equivocaron, i querían ponerle "ricardo lagos"
-mejor ni lo invoque.
-ahora tomo carlos antunez, porque tengo que ir al bosque norte. a usté no le queda tan cerca, pero es mejor que ñuñoa, allá es más peligroso.
-muchas gracias. sabe, yo soy de temuco i siempre he hablado mal de los santiaguinos. pero gente como usted me devuelve la confianza.
-uuuuy, créame, porque va a encontrar pocos más santiaguinos que yo.

yo no sé muy bien que quería decir al final. la verdá es que quería decirle que había salido de esa casa de izquierda cansado, agotado i odiando a todos los hombre. quería decirle que no confiaba en ninguno, que jamás tendría hijos porque no quería reproducir esta raza de mierda. quería decirle que su gesto chiquito, que su gesto mínimo, me había devuelto la fé en la humanidá, al menos por un rato.
pero este mundo ya no está para gestos mínimos.


postdata de abril: escribí esto esa misma noche, cuando volví espirituado i ebrio. no lo subí, porque no me gustó. ahora lo volví a leer, i me gusta que conserve esa esencia etílica tan pulenta. lo publicamos intacto. pero yo no sé que hace en un blog de viaje (aunque ir de ñuñoa a providencia sí es un viaje).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

yo, después de que me contastes esta historia, averigué quien es ricardo lyon. Y a diferencia de lo que mucha gente cree (que Lyon se llama lyon por león en inglés, ya cachay que está el metro los leones por ahí) es por que hubo un gil que seguro fue un asco, y demás que no era un intelectual de izquierda, que fue alcalde de provi por allá en la época antigua. he ahi el nombre la callesita monona aquella.

me voy a dormir.
(dejastes nuesto hogar pasao a queso quemao con tu sanguches)

Besos. V.A

Juanjo dijo...

En el aeropuerto de barquisimeto un Jonathan que trabajaba poniendo plastico protector a las maletas, no solo me devolvio la confianza sino que con su "gesto minimo"...me permitio ir de vuelta con los mios.
grande jonathan!!

Jj

@el_pe dijo...

yo creo que tú valoras mucho el final de los carretes, que son momentos en que yo estoy muy dado a dormir o la no existencia por lo que me los pierdo siempre.
mi punto es que si yo fuera de la gente que ya no cree en la humanidad o que le pone epilogos a sus textos ya tendría un blog como este y no pasaría mis horas productivas escribiendole correos a D (D de digamos que tú sabes a quien me refiero) que luego no quiero terminar.

no me interesa tener veinte años para ser parte de la generación que le cumpla sus fetiches a los pobres viejos reprimidos por esa puta dictadura que se les metió mucho más adentro que de los ovarios.
yo culeo cuando quiero. además ellos no saben la capacidad que tengo yo de enojarme por tonteras en casas de, parafraseo de nuevo, ¡intelectuales! de izquierda. si supieran, se quedarían en sus taxis escuchando la radio y no tratando de hacerla.

saludos, amigo

@el_pe dijo...

el final está escrito alrevés, pero, bah, tu sabes a qué me refiero.

 
 
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