la última vez que fui a valdivia, estacionamos el auto en el mercado con montolio, la paz i la tisca. el david agarró una revista i juntó mi marihuana con la suya justo cuando la acomodadora (viene, viene en gutierrístico) iba a anotar la patente.
montolio la vió i bajó el vidrio para hablarle, pero ella se sonrojó i se fue. hay efectos de la marihuana que son insospechados.
jueves, 15 de abril de 2010
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